Vean (o lean) la mayoría de las críticas a la señora ministra de minas y profesora universitaria, no se dan específicamente por ser una mujer, sino también por la clase de sociedad que somos y lo que esperamos de esté gobierno, el del pueblo.

Claro, que se entiende y denuncia que al ser mujer los ojos están más pendientes de cualquier cosa que haga o diga, y sobre todo esos “medios” de super derecha, que están buscando errores hasta donde no los hay, todo para demostrar que la dizque izquierda no sabe nada.

Pero también es cierto que la señora ministra se olvida que ella ahora dirige un ministerio real y no un salón de clase, que aunque la teoría de decrecimiento económico en materia ambiental en buena, no es una opción políticamente real y que un congreso al inicio de un gobierno no es lugar para disertaciones académicas sino para evaluar y proponer estrategias realizables.

Ahora saldrán a mandarme a leer y que no tenga el descaro de criticar a la señora ministra docente universitaria “porque ella tiene un doctorado del extranjero” y yo solo escribo pendejadas en el facebook, pero gente… cuando nos bajaremos de la nube del tecnicismo y el academicismo tan berraco.

Se cae en lo mismo de quienes se criticó por años, se descalifican las voces que no están alineadas y siguen al mismo paso, se ridiculiza a compas y se niegan las opciones de aportar, porque el gobierno del pueblo, con todo y que la gobernabilidad pasa por los acuerdos con las fuerzas del poder (léase partidos políticos tradicionales y grupos económicos) hasta ahora siguen el poder los mismos de siempre y quienes llegan a oxigenar el escenario se paran con aires de superioridad a exhibir diplomas y teorías bonitas pero de concreto nada.

En campaña asumí que tragaría sapos para darnos la oportunidad del cambio, soy consciente que se está empezando y que mucho no cambiara en términos reales, pero ¿en serio esperan que desde los territorios aplaudamos o guardemos silencio ante la incompetencia, la arrogancia, los incumplimientos, la falta de empatía y hasta la incertidumbre?

Un congresista ebrio y que contrata servicios sexuales en Cartagena sale llorando en un video y ya, congresistas se rehúsan a debatir en serio el tema de reducir salarios a congresistas, se hacen alianzas con partidos tradicionales desde un sector del pacto y está bien pero un hombre negro/afro hace esas mismas alianzas y salen a matonearlo, se pacta con quien toca para tener contralor amigo y no pasa nada, a la vice cada día le embolatan más su ministerio de la igualdad, la primera dama cree que está en un reality y posa y posa de dama de la caridad… en fin, sigo firme con el pacto y el cambio, pero ello no lograra a pesar de los consejos dados, que me quede callada y siga tragando sapos.

Me acusan de matoneadora, lo hacen por la crítica, desde mi visión constructiva que hice de la gestión a un mes del gobierno del pueblo. Gobierno por el que vote y en el que creo, sino ni siquiera me molestaría en decir ni mu, pero me la jugué por el cambio y de malas, tengo todo el derecho a expresar mis opiniones. Además tristemente ya me estoy acostumbrando nuevamente a las violencias que se ejercen contra mi.

Pues bien, la cosa empezó con una conversación virtual sobre cómo veíamos al gobierno de cara al poquísimo tiempo que lleva y lo qu

Las princesas del mundo de Disney nunca me han importado, esos mundos de fantasía que se rige y normaliza estereotipos sociales, me preocupan desde que tengo memoria, y no porque a los cinco o seis años tuviera conciencia social étnica/género, sino porque de verdad me parecían una bobada ver a las princesas en castillos enamorarse del primer tontazo que aparece y organizar casorio de una.

Esas vidas estaban

—–
Gran parte del mundo está conmocionado por la película de la Sirenita, encarnada por una actriz negra/afro, a mucha gente eso les vuela la cabeza, pues dicen que falta a la realidad ya que la sirena en cuestión es blanca… o sea, la SIRENA es blanca!

Esto me lleva a reflexionar por todas las veces que las personas negras pusimos en tensión el tema de la representatividad y como era indispensable vernos en toda nuestra diversidad en los medios de comunicación y en las historias contadas a través del cine.

Pero no, en esos momentos nos decían que eran mundos de fantasía y que no hacía falta poner personajes con piel negra. Que el séptimo arte no buscaba ser fiel a la realidad sino “recrearla” a partir de visiones que permitieran la reflexión, pues creo que con la sirenita y la película de los juguetes con la pareja lésbica, el resultado obvio con la reacción de la mayoría es que las sociedades siguen siendo LGBTIfobicas y racistas la extremo.

A mí me importan un cuerno las historias que le muestran a las niñas y niños que se puede (debe) renunciar a quienes son dizque por amor, que normalizan jerarquías sociales a través de las figuras de reinas, reyes… , que instan a seguir modelos de belleza hegemónicas desde la mirada comercial y occidental.

Eso sí, me rehúso a permitir en silencio que la violencia racista continúe, ahora disfrazada de rigurosidad histórica. No gente, reflexionen de forma real, péguense duro en sus realidades, cuestionen los privilegios que el tono de su piel les da, analice su capacidad para menospreciar y desconocer las realidades de la otredad, en últimas deje de repetir cosas y reconózcase como fruto de estas estructuras racistas, y por ende racista, ojala no para quedarse ahí, sino para deconstruirse y aportar a la eliminación de tan horrenda práctica social.

Por último, no vere la película de la sirenita negra, prefiero la de Angela Davis con la historia (esa si real) de la reina que luchó en contra de la esclavización de su gente desde el continente africano.