Como negra nacida y criada en medio de personas blanco/mestizas que me violentaban solo por no ser como ellas y ellos, siempre ha sido un placer visitar los pueblos de mi gente negra. Es así como hace muchos años, por dos días pise Quibdó.
Jamás olvidare el olor y la sensación, yo pertenecía allá, ese era mi lugar, algo parecido he sentido al estar en Buenaventura, Guapi, Tumaco… en lugares de Cali como Poblado, Vallado, Charco Azul… me veo en esos rostros y espero que ellas y ellos se vean en mi, pues a pesar del abandono estatal hay dignidad y valentía, que no es justificante para no contar con las necesidades básicas.
Pues bien, anoche leía sobre la masacre en el barrio San Vicente del querido Quibdó, tres personas asesinadas por gente armada que llego disparando. Amanecí recordando que en Buenaventura hace menos de dos meses han asesinado y descuartizado a dos mujeres, que en Guapi estuvo la gente encerrada bajo amenaza de muerte más de cinco días, que en Tumaco a un amigo se lo llevaron y “apareció” muerto y con signos de tortura a la semana, que en López de Micay asesinaron a un ex – alcalde en el casco urbano… Que dolor, que rabia, que tristeza, que soledad.
Y ojo, nada de esto sucede por maldiciones, por que la gente de estos lugares es mala o porque allá vive el mal, como me dijo una vez una muy querida monjita. No, lo que sucede en el Pacifico es el resultado de una guerra por robarse la tierra de los pueblos negros, por la industria del narcotráfico, por los clanes políticos de siempre que se aferran al poder, por el racismo estructural que quiere lo negro, sin las personas negras.
No fue inocente la respuesta de Jorge Robledo a Francia Márquez, cuando ella hablo de racismo y el campante refuto con la perla de “las personas negras no sufren por negras, sino por pobres” eso es negar la realidad de racismo y tener el descaro de querer dirigir un país que le DEBE, si, le debe demasiado a los pueblos negros.
Los recientes ataques racistas a Francia Márquez y al tontazo de Polo Polo, que han tenido el silencio cómplice de gran parte de la sociedad o la “defensa” burda de Gustavo Bolívar en el caso de Francia, confirman lo que las personas negras venimos gritando ¡LAS VIDAS NEGRAS AL FINAL SOLO LE IMPORTAN A LAS PERSONAS NEGRAS!
Claro, existen aliados, gente que empatiza con la causa, a quienes les duele… pero es necesario que nos duela a todas y todos para ver si se hace algo. No merecemos las personas negras celebrar un día la posibilidad de llegar al poder, mientras los otros días caminamos en los funerales de los nuestros.