Recuerdo cuando era una niña negra en un barrio blanco/mestizo, como era estar ahí en clase de historía mientras el profesor (blanco/mestizo) nos contaba sobre los negros que mueren en de hambre y por ignorancia en Africa (si Africa como un todo homogeneo) y de todas las conquistas y aportes del hombre (solo hombre) blanco occidental al mundo.
Nunca mientras crecí tuve un referente de persona negra exitosa… bueno si, una profesroa de primaria que era considerada bruta por madres, padres y docentes y luego un docente de quimica que casi logra que pierda el año, pues al parecer su lema era “duro con los negros”.
Me enseñaron a mimetizarse para evitar las burlas, a no ser notada para no ser humillada, era impresindible que me pareciera a ellas y ellos (blancos/mestizos), aunque eso significará dejar de ser yo. Participé de las burlas hacia otras y otros, no estaban dirigidas a mi y eso me bastaba para no cuestionarlas. Trataba de encajar en ese mundo blanco/mestizo donde me encontraba sin pedirlo.
Odiaba mi cuerpo, mi piel, mi historia… pero también la amaba, sentía envidia de la historias escolares de mis primas y primos donde relataban sus realidades en esas tierras lejanas donde todas y todos eran negros. Me parecia increible que las burlas entre compañeros de salón fueran por no saber nadar o haber llamado “mamá” a la profesora y no por el color de la piel.
En mi realidad de ese momento las personas negras estabamos todas y todos en relaciones de subordinación social, era común ver a la señora que vendia chontaduros, realizaba aseo, el hombre que trabajaba como cortero de caña, era ayudante de construcción… nunca el jefe, la médica, … y no es que no hubiera en esos momentos personas negras en esas posiciones en el país, es que en mi municipio NO HABIA.
Para mi fue un honor ser invitada a participar en procesos de comunidades negras a través de una organización. La primera vez que fui a Buenaventura a mis 19 años fue mágica; TODA LA GENTE ERA NEGRA, por primera vez el insulto no fue “Negra hp” el gerente del banco; negro, la dueña dl hotel; negra, la estilista; negra, el cajero del banco; negro… era el mundo negro que estaba segura existía.
Claro, no era como el mundo mestizo donde crecí, aca el abandono estatal era (aún es) evidente. Sin acueducto, mal sistema de salud, poco empleo digno, carecia de infraestructura y saneamiento básico, en fin una bomba social. Pero, yo era una más ahí, o por lo menos eso creí.
El choque cultura fue duro, muchas mujeres negras me trataron duramente. Mi forma de hablar, caminar, la forma de interacción social que usaba, todo fue cuestionado. Aquí estaba yo, quien desde que tiene memoria ha sido “la negra…” rodeada de negros que me decia que no era negra. Fui culpada porque mis padres emigraron buscando otra vida, porque no tenia las prácticas culturales que según ellas y ellos debia tener, por ser de ciudad, por ser yo.